La intención desde el principio ha sido, por un lado, poner en valor las cualidades que posee este complejo arquitectónico (sus relaciones visuales y paisajísticas), y por otro, acondicionar un espacio para disfrutar de una gastronomía basada en el aceite de oliva.
Modernidad y elegancia convierten un espacio abierto en un entorno acogedor e íntimo. Esto se consigue a través de un adecuado uso de los materiales, como por ejemplo, la madera en el mobiliario, y del color en imágenes, paneles correderos, telas, y otros aspectos de la identidad corporativa.
En el interior, los tres salones-comedor siguen una secuencia temática: el olivo (la planta), la aceituna (el fruto) y el aceite (el oro líquido).
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