El proyecto transforma un sótano vacío en un espacio cargado de energía e intensidad para disfrutar del juego y la creación de contenidos digitales.
La geometría se hace presente de forma activa como herramienta organizadora del espacio como si de un panal de abeja se tratase. Se hace presente tanto a nivel de suelo como en el techo descolgado que integra la iluminación. La geometría en forma de hexágonos irregulares oculta una serie de pilares pre-existentes del local y adquiere un valor muy significativo ya permite dotar al espacio de un abanico amplio de ángulos y visuales desde donde grabar contenidos.
El local destinado a ocio y trabajo está compuesto de los siguientes usos: de zona de arcade, billar, zona de relax donde jugar o seguir partidas en grupo y una barra de bar para tomar tomar un refresco con amigos, además del Setup desde donde grabar las partidas y contenidos.
En cuanto al color, se ha trabajado fundamentalmente con un rojo para conseguir una atmósfera reconocible con identidad, y como material principal, una chapa estriada texturizada.
